Este miércoles el ministro de Finanzas, Luis "Toto" Caputo, emitió un bono en pesos a un año con una "cláusula gatillo" sui generis que aumenta el interés que cobra el acreedor si la inflación se dispara. Exactamente lo que el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, no quiere que suceda con las paritarias, para las que insiste con un tope del 15% anual.
El nuevo bono a un año emitido en el mercado local propone un pago mensual del 1,7056%, es decir, el equivalente al 22,5%; esto es 7,5 puntos más que el ajuste salarial propuesto por el Gobierno. Pero además, en caso de que la inflación se dispare por encima del 18,75%, el Ministerio de Finanzas se comprometió a pagar un interés equivalente a la evolución del Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER) y 3,75 puntos porcentuales adicionales.
Esta cláusula es particularmente relevante en un contexto en el que la inflación esperada para los próximos 12 meses ronda el 20% de acuerdo a la UTDT y el 19,4% para 2018 de acuerdo al REM del Banco Central. Entonces, de cumplirse la meta inflacionaria del 15% este año, la remuneración de estos bonos rondará el 6,5% real. De lo contrario, el rendimiento se reducirá, pero nunca debajo del 3,75% que garantizó Caputo mediante esta "cláusula gatillo".
En este sentido cabe recordar que solo el riesgo paÃs -que es el sobreprecio que un Estado debe pagar en el mercado de capitales por encima de la tasa de interés a 10 años del Tesoro de los Estados Unidos- se ubica hoy en 3,83%.
El equipo de Finanzas entendió que, con la tasa de interés de las Letras del Banco Central de más largo plazo entorno del 25,5%, para poder colocar un instrumento semejante, pero con menor volatilidad, debÃa sumarle un atractivo. Puntualmente de los $100.000 millones que buscaba recaudar, no consiguió con este prospecto más que $70.500 millones a la par.
Y si bien en el mercado comentaban que se trataba de una buena recepción, dado el cimbronazo del "lunes negro" de Wall Street al comienzo de la semana, no fueron pocos los que advirtieron la doble vara del Gobierno: "cláusula gatillo" para los inversores sÃ, para los trabajadores no.
Como advirtió el analista financiero Christian Buteler es una mala señal en la lucha contra el inflación que el Gobierno sea quien proponga indexar el precio de un nuevo instrumento en un momento en el que persigue la des-indexación de la economÃa y sostiene que es "innegociable".
Y aunque el mercado laboral y el mercado de capital no son equiparables, la polémica subsiste: si el Gobierno concede "cláusula gatillo" en el mercado de deuda, reconoce la desconfianza de los inversores sofisticados sobre la factibilidad de alcanzar la meta de inflación y ofrece una compensación para mantener el retorno de los bonos en terreno positivo.
Esto es precisamente lo que reclaman los sindicatos, que el poder de compra de los salarios se mantenga en terreno positivo por sobre la inflación y por eso, con expectativas de inflación crecientes buscan tener la garantÃa de poder terminar aunque sea empatados, como sucedió con los sectores que el año pasado firmaron paritarias con esta cláusula de recomposición salarial.
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Esto me hace acordar a un tema musical del LP El grito Primal del grupo La Fuente (1983)
La vaca soñada
Soñaba anoche un sueño semireal/ extraña premonición
yo era una vaca que estaba en el corral/ y rumiaba mi verdor,
y llegaron ellos, me subieron a un camión;
Escribieron las marcas que me dejó el fuego,
con la indiferencia de nuevo/ junto al rugir del motor.
A paso lento pero firme transcurrió, / polvorienta remisión
aquellas pieles que rozaban mi temor/ compartían el sudor
y en el firmamento, nostalgia y libertad
me volvieron a los viejos días del potrero
pastando la gloria sin tiempo/ que así llegó al final.
A medianoche llegamos a un lugar/ con la luna a cuestas y la soledad
a rebenque limpio cruzamos el umbral/ todo lo pasado ya quedaba atrás.
De un gancho pendían mis viejas amigas/ la maza blandía un hombre que reía
y un golpe asestó.
He despertado de mi sueño fugaz/ y no encuentro la razón
hoy me pregunto qué diferencia hay/ entre una vaca y yo
si un día cualquiera me suben a un camión
y me llevan andando por las carreteras
en busca de glorias y empresas/ que aún lo logro entender.